Aunque no llegamos a Atacama, pues el tiempo era escaso y viajar sin preparación podría ser peligroso,visitamos un lugar que me encantó. Un lugar mágico, casi en medio de la nada. Rodeado de grandes montes coronados por gigantescos cactus ( creo que se denominan San Pedros ), rocas cobrizas y pequeños matojos. Instantáneamente mi mente volvió al pasado, a las películas del "salvaje oeste", desfiladeros, noches estrelladas, y una calma absoluta. Algo tiene ese lugar para que esté instalado uno de los muchos observatorios en Chile, el observatorio Cruz del sur, del cual me llevo una gran experiencia y visita.

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